miércoles, 5 de febrero de 2020

¿QUE PASO EN ESOS AÑOS?



Nuevo tipo de guerra


Este conflicto también marcó un antes y un después en la propia historia de la guerra en general. En la memoria de las masas y de la opinión pública de entonces, todavía predominaba el modelo de las “guerras clásicas”. Es decir, conflictos entre Estados que se libraban entre ejércitos de militares profesionales, en teatros de guerra delimitados y sometidos a ciertos límites o regulaciones.




Sin embargo, entre 1870 y 1914 se desarrolla una creciente carrera armamentística y un avance inédito de la tecnología militar. Paralelamente a este desarrollo masivo de la capacidad destructiva, en la mayoría de los ejércitos europeos se implanta la conscripción obligatoria, incorporando al servicio, junto a militares de profesión, a grandes sectores de trabajadores y campesinos de la población civil. Durante esos años se producen mayoritariamente guerras de conquista por fuera de Europa, entre potencias imperiales y los pueblos coloniales en Asia y África, donde las primeras llevan a cabo una “guerra total” que no le reconoce estatus alguno de “enemigo legítimo” a los segundos, atacando masivamente a las poblaciones civiles y produciendo brutales genocidios, implantando el terror. Todos estos elementos, especialmente este último, se volcarían ahora, ya no a una guerra contra pueblos considerados “atrasados” o “inferiores”, sino dentro del seno mismo de lo que se consideraba “la civilización occidental”: la propia Europa.


La Primera Guerra Mundial irá terminando con la movilidad más característica de las guerras clásicas e irá incorporando la estática y desgastarte guerra de trincheras, donde se destruyen en grandes cantidades en forma acumulativa recursos humanos, tecnológicos y económicos, solamente en muchos casos para avanzar unos pocos kilómetros de terreno –como la Batalla de Verdún–, que se prolongó por 10 meses, con 300 mil muertos y un millón de heridos. Para avanzar superando las trincheras se crean los tanques, los aviones de bombardeo y se emplean por primera vez las armas químicas y los gases venenosos. 


El resultado en costos humanos será de 10 millones de muertos, 8 millones de desaparecidos y 21 millones de heridos. Es decir, la Primera Guerra Mundial combina elementos de las guerras “clásicas” pero cada vez más junto a métodos propios de las guerras civiles o de las guerras coloniales, por lo que se generalizan los llamados “crímenes de guerra”. Todo esto, no obstante, se repetirá aún en mayor escala y con mayor brutalidad en la Segunda Guerra Mundial, donde estos métodos y el terror de las masacres de civiles que inaugura 1914 (el más pragmático es el genocidio armenio a manos de Turquía, del que se está cumpliendo un siglo) se transformarán en una verdadera industria del asesinato en masa y donde la cifra de muertos se multiplicará aproximadamente por 7.

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